+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas, difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar ‘mi maestro’ por la gente.
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar ‘maestro’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen ‘padre’, porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco ‘doctores’, porque solo tienen un Doctor, que es el Mesías.
El mayor entre ustedes será el que los sirve, porque el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.
Reflexiona
Jesús nos invita hoy a ser coherentes entre lo que pensamos, decimos y actuamos. Se trata de un hecho fundamental para nuestra vida. El Señor, como profeta, nos indica cómo tenemos que vivir. El lenguaje del evangelio es de sencillez y humildad. Es una invitación. En la sociedad actual se nos pone de manifiesto que es necesario ser ejemplos íntegros de la fe, tal como lo fue Jesús. Hemos de transformarnos, con su gracia, en buena noticia para los demás a través de nuestro testimonio de vida. Preguntémonos hoy ¿soy coherente en todas mis opciones?