Si nos preguntamos por qué somos “salesianos” y no “bosconianos”, deberíamos reflexionar qué nos quiso decir nuestro santo fundador al darle esta denominación a su congregación. Lo primero que uno descubre es que no existe ninguna intención de destacarse, de su parte; a él le interesa su obra y no su ego, porque su obra es un acto de Dios encarnado en un conjunto de hombres consagrados que están al servicio de la formación de los jóvenes, la porción más valiosa de la sociedad. Pero para conseguir sus metas requieren la virtud de San Francisco de Sales, donde virtudes como la bondad, la amabilidad y la dulzura, hacen posible que los educadores podamos admirar la grandeza de Dios en cada joven y que por esta acción educativa estamos llamados a cultivar los jardines de la fe, sólo el pequeño aporte de cada uno promueve la grandeza de todo ser humano.
Raimundo Muñoz Molina
Colegio Salesiano Valparaíso
¿Que virtudes de San Francisco de Sales debes cultivar?