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Lucas 11, 42-46: ¡Ay De Ustedes, Fariseos! ¡Ay De Ustedes, Doctores De La Ley!

12 de Octubre 2022     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas

Jesús dijo a los fariseos:
“¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!”
Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: “Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros”.
Él le respondió: “¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!”.

Palabra del Señor.

Reflexionemos

Continuamos hoy acompañando a Jesús en su camino según nos lo presenta el evangelista San Lucas. Ayer hemos iniciado la lectura del discurso de Jesús contra los fariseos y los escribas de los fariseos o doctores de la Ley. Jesús les enrostra su hipocresía y vanidad en su forma de vivir la religión. A los fariseos los acusa de exagerar en el pago de los diezmos aún de las cosas más insignificantes, como la menta y la ruda (que no era obligación), pero descuidando lo más importante: la justicia y el amor de Dios; o sea una religión de apariencias legales, pero muerta en el corazón. «Ellos [comenta Cirilo de Alejandría] estimaron de poca importancia aquellas tareas que estaban especialmente obligados a practicar, como la justicia y el amor de Dios». Por eso el Señor acusa a los fariseos de estar podridos por dentro y, no solamente eso, sino que con su podredumbre contaminar a las personas que caen en sus redes; esto cuando los compara con esos sepulcros que la gente pisa sin ver, contrayendo impureza ritual (ver Nm 19,16); los fariseos «como si fuesen sepulcros disimulados [comenta San Ambrosio], engañan con su apariencia externa y con un actuar fingido, de tal modo que por fuera dan a entender que contienen algo de valor, mientras que por dentro están llenos de toda suerte de corrupción». Por último, en el texto de hoy, el Maestro de Nazareth ataca a los Doctores o Maestros de la Ley y los acusa de llenar la práctica religiosa de infinidad de preceptos inútiles, que ellos se excusan de practicar, pero que obligan al pueblo a practicar como una pesada carga, haciendo imposible su salvación.

¿Soy consciente de que mi práctica religiosa no debe ser para aparentar, sino para amar? ¿Alguna vez he actuado como los fariseos o como los maestros de la Ley? ¿He comprendido que la religión cristiana es la alegría de la salvación y no la tristeza de las cargas que llevar?

Categories: Evangelio diario

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