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Juan 6, 30-35: Yo soy el pan de vida

28 de Abril 2020     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

En aquel tiempo la gente preguntó a Jesús:
“¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: ‘Les dio de comer el pan bajado del cielo’”.
Jesús respondió:
“Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo”.
Ellos le dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”.
Jesús les respondió: “Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed”.

Palabra del Señor.

Reflexión

En este capítulo 6, San Juan sigue presentándonos el discurso de Jesús sobre del pan de vida. Ahora se nos presenta un primer cuestionamiento al Señor: “¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas?”. El cuestionamiento es profundo porque lo comparan con Moisés y el maná que bajó del cielo. Para la fe israelita Moisés es una figura de referencia indiscutida, por ser el profeta con el cual Dios hablaba cara a cara como con un amigo; y en tiempos de Jesús, los judíos esperaban la llegada de un profeta a semejanza de Moisés y, al parecer, muchos esperaban que volviera a bajar el maná como antaño en el éxodo. Pero el Señor los corrige diciendo que es el Padre Dios quien da el pan del cielo (el verdadero maná) y no Moisés y, para provocar el hambre de Dios, les dice que el pan bajado del cielo “da vida al mundo” y de esa manera provoca el clamor de la gente: “Señor, danos siempre de ese pan”. En este escenario Jesús considera que el momento es el indicado para darse a conocer en lo profundo de su ser, para revelarse a la multitud; y para mostrar su íntima relación con el Padre Dios utiliza la fórmula “Yo soy” que antes había usado el mismo Dios cuando se mostró a Moisés. Dice Jesús: “Yo soy el pan de vida”.

Todo lo que somos y lo que seremos, en definitiva, toda nuestra vida encuentra sentido sólo en Jesús, ya que él es la Vida, Él es el pan de Vida bajado del cielo. Nuestra felicidad más profunda, el sentido de nuestra vida se descubre al aceptar a Jesús, aceptar su enseñanza, pero sobre todo aceptar su persona, aceptarlo a Él. ¿Creo en Jesús? ¿Cuándo encontré al Señor, en qué circunstancias? ¿Le pido señales o pruebas para creer en Él, como hicieron los judíos?

Categories: Evangelio diario

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