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Juan 1, 1-18: La Palabra Se Hizo Carne Y Habitó Entre Nosotros. Natividad Del Señor

25 de Diciembre 2019     Freddy Araya    

FELIZNAVIDAD

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 1-18
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él, al declarar: “Este es Aquél del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Dios Hijo único, que está en el seno del Padre.

Palabra del Señor.

Reflexión

¡Estamos celebrando el nacimiento de nuestro Salvador! San Juan nos presenta hoy un movimiento, un fluir de Dios hacia nosotros. El trayecto es de arriba hacia abajo, de lo divino a lo humano. Con este obrar incesante, Dios nos busca. Con este llegar hasta nosotros, quiere levantarnos. Con esta presencia del Hijo en nuestro mundo, quiere que todos comprendamos nuestra condición de hijos e hijas muy amados. Dios ha tendido un puente con la humanidad y ese puente, es un puente de carne, es el mismo Dios que se ha hecho uno de nosotros y ha nacido de María virgen en Belén. Esto es lo que hace que podamos hoy, mirar a nuestros hermanos, también con una mirada nueva, con una mirada de amor, con una mirada de esperanza, con una mirada de solidaridad para ayudarnos los unos al los otros, a descubrir que la salvación esta entre nosotros y por lo tanto ya nada tenemos que temer, aunque crucemos por oscuras quebradas, aunque las circunstancias de la vida puedan ser difíciles, ya nuestra salvación esta en acto, porque Cristo ha venido.
Este tiempo de Navidad es una oportunidad para dejarnos envolver por el Misterio de Dios y ha proclamado la cercanía y la proximidad como características propias de la naturaleza divina… así ha decidido confiar y creer en nosotros, no por nuestros méritos sino por pura iniciativa suya.

Hoy nos podemos preguntar ¿qué está produciendo en nosotros esta “cercanía de Dios”? ¡Que Dios-con-nosotros nos bendiga siempre con su cercanía!
¡Que tengan y vivan una Bendecida Navidad!

Categories: Evangelio diario

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