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Lucas 1, 67-79: Nos visitará el Sol naciente.

24 de Diciembre 2019     Freddy Araya    

11-01-2018

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas

Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno del Espíritu Santo y dijo proféticamente: Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su Pueblo, y nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había anunciado mucho tiempo antes por boca de sus santos profetas, para salvarnos de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian.
Así tuvo misericordia de nuestros padres y se acordó de su santa Alianza, del juramento que hizo a nuestro padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de los enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida.
Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados; gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que nos traerá del cielo la visita del Sol naciente, para iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Palabra del Señor.

Reflexionemos

El Cántico de Zacarías es uno de los muchos cánticos de las comunidades de los primeros cristianos, que hasta hoy están esparcidos por los escritos del Nuevo Testamento. Zacarías es un hombre de fe y sabe que Dios cumple sus promesas. En este cántico puede proclamar este amor entrañable de Dios que no olvida a su pueblo. Hoy como hace más de dos mil años, Cristo viene a nacer a nuestro corazón. Él, como dice el evangelio, cumple su promesa, mostrándonos su misericordia, para sacarnos de las tinieblas en que vivimos y guiarnos por el camino de la paz. Él viene para ser luz y para dar paz. Él es la estrella que brilla en medio de la oscuridad de nuestro caminar por esta vida. Pero para encontrar esa luz, debemos apagar todo lo que nos impide ver la estrella de Belén que nos guía a Él. Y para encontrar esa paz, debemos salir del barullo y ruido de la ciudad, para encontrarlo en aquel pesebre, en aquella una cueva. En este día todos nosotros podemos unir nuestra oración a la de Zacarías, reconociendo en nuestra propia historia cómo Dios ha hecho patente su misericordia, cómo ha sido benevolente con nuestros pecados y nos ha dado la salvación. Hoy es un buen día para orar con memoria agradecida.

En la víspera de la Navidad y a la luz de este cántico vale la pena que nos preguntemos hoy ¿has experimentado alguna vez la bondad de Dios? ¿Has experimentado alguna vez el perdón de Dios?

Categories: Evangelio diario

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