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Mateo 25, 14-30: Respondiste fielmente en lo poco: entra a participar del gozo de tu Señor.

1 de Setiembre 2018     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
El Reino de los Cielos es como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió.
Enseguida, el que había recibido cinco talentos fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos ganó otros dos; pero el que recibió uno solo hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. “Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado”. “Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor”.
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: “Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado”. “Está bien, servidor bueno y fiel; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor”.
Llegó luego el que había recibido un solo talento. “Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!” Pero el señor le respondió: “Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes”.
Palabra del Señor.

Reflexión

El evangelio de hoy nos habla de la Parábola de los Talentos. Los cristianos somos los siervos a quienes Jesús, Nuestro Señor, nos encarga hacer fructificar sus dones para el desarrollo del Reino y hemos de rendir cuentas de la gestión. La parábola de los talentos nos enseña a no cerrarnos en nosotros mismos, enterrando los propios talentos, las propias riquezas espirituales, intelectuales, materiales, todo lo que el Señor nos ha dado, sino a abrirnos, a ser solidarios, a estar atentos al otro. Todo lo bueno que tenemos, en la vida, en la familia, en el trabajo, en la amistad, nos lo ha prestado Dios para que lo administremos en favor de los demás y para mejorar las estructuras sociales. El Reino es de Dios, quien ha puesto en nuestras manos los bienes para extenderlo. No nos quedemos pasivos e infructuosos, sino pongamos nuestras energías al servicio del crecimiento del Reino.

Nosotros, ¿tratamos de conocer y valorar los dones de cada persona? Nuestra comunidad ¿es un espacio donde las personas pueden hacer crecer sus dones? La envidia y competitividad ¿son parte esencial de lo que somos?

Categories: Evangelio diario

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