Uno de los mejores usos que podemos hacer de la dulzura es aplicarla a nosotros mismos, no cayendo nunca en despecho contra nosotros ni contra nuestras imperfecciones; pues aunque la razón pide que, si cometemos faltas nos sintamos tristes y afligidos, debemos, sin embargo, defendernos de llegar a una desazón agria y fastidiada, despechada y colérica. En eso, varios cometen una falta grande, quienes habiéndose encolerizado, se enojan por haberse enojado, se… read more