“No bastan 50 años para profundizar el encuentro con Jesús vivo”. “La vida sacerdotal, a medida que pasan los años, es un desafío de ir profundizando el encuentro con el misterio de Jesucristo, muerto y resucitado, que es lo central de la Eucaristía”, manifestó el religioso en la Eucaristía con la cual se agradeció a Dios el camino sacerdotal recorrido.