Loading

San Juan Bosco

31 de Enero 2021     Freddy Araya    

31-san-juan-bosco

0
Compartidos
0

“Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, (San Juan Bosco),

Juan Bosco murió en Turín, el 31 de enero de 1888. Durante sus casi 73 años de vida fue testigo de profundos y complejos cambios políticos, sociales y culturales: movimientos revolucionarios, guerras y éxodo de la población rural hacia la ciudad; son factores que influyeron en las condiciones de vida de la gente, sobre todo de los ámbitos más pobres. Hacinados en los alrededores urbanos, los pobres en general, y los jóvenes en particular, son objeto de explotación o víctimas del desempleo: durante su desarrollo humano, moral, religioso y profesional, se los sigue de manera insuficiente y muchas veces ni se les presta ningún género de atención. Sensibles a toda clase de cambios, los jóvenes viven con frecuencia inseguros y desorientados. Ante esta masa desarraigada, la educación tradicional no sabe qué hacer: por diversas razones, filántropos, educadores y eclesiásticos tratan de remediar las nuevas necesidades. Entre ellos sobresale, en Turín, Don Bosco por su clara inspiración cristiana, por su resuelta iniciativa y por la difusión rápida y amplia de su obra.

La «obra de los oratorios» comienza en 1841 con una «sencilla catequesis» y se extiende progresivamente, para responder a situaciones y necesidades urgentes: residencia para alojar a quien no tiene casa, taller y escuela de artes y oficios para enseñar una profesión y capacitar para ganarse honradamente la vida, escuela humanística abierta al ideal vocacional, buena prensa, iniciativas y métodos recreativos propios de la época: teatro, banda de música, canto, excursiones…

La expresión: «me basta que seáis jóvenes para que os quiera con toda mi alma» resume el sentir, y, más aún, la opción educadora fundamental del Santo: «Tengo prometido a Dios que incluso mi último aliento será para mis pobres jóvenes». Y, en verdad, por ellos desarrolla una actividad impresionante con la palabra, los escritos, las instituciones, los viajes y los contactos con personalidades civiles y religiosas; por ellos, sobre todo, demuestra una atención solícita a sus personas, para que en su amor de padre los jóvenes puedan ver el signo de otro amor más excelso.

Palabras de San Juan Pablo II – año 1988


¿Qué le dices al Señor antes de finalizar el día?
¿Qué te dice el Señor en este día que concluye?

Categories: Buenas Noches

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*