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Marcos 4, 35-41: ¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?

31 de Enero 2021     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Crucemos a la otra orilla”. Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron en la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.
Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal.
Lo despertaron y le dijeron: “¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?”
Despertándose, Él increpó al viento y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!” El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.
Después les dijo: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?”
Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.

Palabra del Señor.

Reflexión

Llegamos al último día de la tercera semana del Tiempo durante el año. Mañana, como Familia Salesiana celebraremos la Solemnidad de San Juan Bosco. Hoy San Marcos nos dice que terminado el discurso en parábolas Jesús deja la orilla en la que estaba para dirigirse junto a sus discípulos (as) a la otra orilla. El mar de Galilea (o Lago de Genesaret, o de Tiberíades) es bastante profundo y capaz de enfurecerse de un momento a otro y eso es lo que pasa durante la travesía, se desata una tempestad que hace zozobrar las barcas. Cabe destacar que los israelitas no eran expertos navegantes y además según las tradiciones antiguas también recogidas en la Biblia el Mar es lugar de las potencias (demonios) enemigas de Dios, conocidas como los grandes monstruos marinos. Tal como Jonás en la tormenta, Jesús duerme tranquilamente mientras la tormenta azota a las barcas. Los discípulos llenos de miedo se extrañan de que Jesús esté durmiendo, lo despiertan y le reprochan: “¿No te importa que nos ahoguemos?”. El Señor se levanta y con autoridad increpa al viento y al mar y los hace callar, guardar silencio (como demonios que son) y sobreviene una gran calma. Ahora es Jesús quien reprocha a sus discípulos (as) su falta de fe, ellos todavía no saben, no entienden quién es Jesús y sólo manifiestan su temor ante el milagro obrado.

¿Quién es Jesús para mí? ¿He vivido tormentas en mi vida? ¿He recurrido al Señor? ¿Le confío mi vida al Señor, mis alegrías y mis miedos, mis triunfos y mis fracasos? 

Categories: Evangelio diario

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