Cuando un hombre comienza al fin a comprender que quizá su padre tenía razón, por lo general ya tiene un hijo que piensa que su propio padre está equivocado.
A lo largo de mi vida he verificado este refrán y siento que hubiese sido más sabio haber escuchado los consejos de papá, así me habría ahorrado muchos dolores de cabeza.
Oremos: Señor que no sea yo como el hijo pródigo que abandona la casa del padre. Te pido que siempre esté dispuesto a seguir los consejos y enseñanzas de mi padre y que, cuando yo sea padre, pueda enseñar a mis hijos las sabias enseñanzas de mi progenitor. Amén.
Félix Soto
Capilla Santa Irene, Parroquia Jesús es el Señor, La Florida
¿Escuchas y sigues los consejos de tu padre?