+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Felipe encontró a Natanael y le dijo: “Hemos hallado a Aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”.
Natanael le preguntó: “¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?”
“Ven y verás”, le dijo Felipe.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”.
“¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael.
Jesús le respondió: “Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”.
Natanael le respondió: “Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel”.
Jesús continuó: “Porque te dije; “Te vi debajo de la higuera”, crees. Verás cosas más grandes todavía”.
Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de hoy está tomado de San Juan y no de San Mateo, esto porque hoy celebramos la Fiesta de San Bartolomé y las lecturas se toman del Leccionario Santoral. El texto nos presenta la vocación de Natanael, discípulo que no pertenece a los Doce, pero que desde la antigüedad (quizá erróneamente) ha sido identificado con Bartolomé. Felipe, había encontrado a Jesús y, no pudiendo callar tan inmensa alegría se lo comunica a Natanael. «La expresión ‘hemos encontrado’ es propia de quien siempre buscó». (San Juan Crisóstomo). Natanael, que procedía de la aldea de Caná de Galilea, mira en menos la aldea vecina de Nazareth, de donde procede Jesús, y cuestiona que Jesús sea el Mesías prometido; pero Felipe, usando las palabras de Jesús le dice: “Ven y verás”. Cuando Jesús lo ve lo alaba por ser verdadero israelita sin doblez, haciendo referencia a Jacob, el patriarca llamado después Israel, ya que su nombre original significa “el que engaña”. Natanael es ejemplar, dice el Maestro, porque sabe que estudia las Escrituras, como un rabino, en la calma y bajo la sombra de la higuera (1 Re 5,5; Za 3,10), confiando en el cumplimiento de las promesas de Dios (Mi 4,1-4). «Hay que tener presente [dice San Agustín] que Natanael era un erudito y muy versado en el conocimiento de la Ley». Por eso él, habiendo estudiado las Santas Escrituras reconoce en Jesús al Hijo de Dios y Rey de Israel. El Señor promete grandes cosas que se refieren al ministerio que ya está pronto a iniciar y termina con una frase que recuerda la escalera de Jacob (ver Gn 28,12-13) y al Hijo del Hombre que viene en las nubes del cielo como dice el profeta Daniel (ver Dn 7,13).
¿Cómo puedo ser apóstol(a) del Señor? ¿Leo y estudio las Escrituras como Natanael? ¿Soy como Jacob o como Natanael?