+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar.
Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si sanaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: “Levántate y quédate de pie delante de todos”. Él se levantó y permaneció de pie.
Luego les dijo: “Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?” Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: “Extiende tu mano”. Él la extendió y su mano quedó sana.
Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer hemos empezado la semana número veintitrés del “Tiempo durante el año” y hoy seguimos en compañía del evangelista San Lucas, el cual nos presenta otra controversia acerca del sábado. El relato de hoy corresponde a una curación y este pone cierre a una sección centrada en la oposición de los dirigentes religiosos de Israel al mensaje del Reino presentado por Jesús, sección que también empezó con una curación (Lc 5,17-26). Lucas pone mucho énfasis en destacar la actitud beligerante de los escribas y fariseos para con Jesús, ellos no están dispuestos a escuchar su enseñanza, ni siquiera a tratar de entenderla, sólo les interesa encontrar algo para acusarlo. El problema que se plantea es que si la curación de un enfermo estaba permitida en día sábado, ya que en la sinagoga había un hombre con la mano atrofiada que necesitaba ayuda; los judíos en general y los fariseos en particular decían que no se podía sanar a una persona en sábado, pero sabemos que si permitían sanar a su propio asno… Lucas nos dice que, conociendo el Señor los pensamientos de los escribas y fariseos, los confronta poniendo en medio al hombre de la mano paralizada y preguntando a sus oponentes si se permite hacer el bien o el mal en día sábado; frente a la pregunta ellos no saben qué responder y San Lucas nos dice que Jesús los recorre con una mirada que evidencia su incapacidad de entender, de comprender la misericordia de Dios que él predica, así su mirada es una mirada acusadora de la dureza de su corazón. Frente a esta dureza el Maestro Nazareno opone la compasión, así ni Jesús ni los discípulos están obligados a observar el sábado si se trata de hacer el bien a alguien o salvar la vida de alguien.
¿Qué lugar ocupan en mi corazón los enfermos? ¿Me he dado tiempo para una videollamada a un enfermo (a) que conozco? ¿Le doy más importancia a los animales que a las personas?