+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Después del discurso misionero San Mateo nos presenta una sección que nos muestra el Reino en controversia, se presenta a Jesús como signo de contradicción y el rechazo de esta generación a su mensaje. Cristo Jesús ah desplegado una intensa actividad misionera recorriendo la aldeas y ciudades de Galilea enseñando con su palabra y demostrando con sus hechos la llegada del Reino de los cielos, pero los habitantes de las ciudades galileas no han sabido leer los signos de los tiempos mesiánicos y han rechazado el mensaje. A partir de este rechazo que experimenta Jesús (y antes experimentó Juan), Él manifiesta un amargo lamento por las ciudades donde sus milagros cayeron en “saco roto”. Sabemos que Jesús varias veces estuvo en Betsaida, pero de Corozaín solo sabemos por este versículo (21) que Jesús estuvo ahí, esto podría indicar la magnitud del rechazo ya que con suerte la ciudad es nombrada; estas dos ciudades son comparadas con Tiro y Sidón, dos ciudades paganas, atacadas con dureza por los profetas (incluso en Tiro Jesús hizo un milagro (Mt 15,21-28). Cafarnaúm, la ciudad de Jesús, tampoco reconoció la llegada del Reino, por eso es comparada nada menos que con Sodoma, la gran ciudad pecadora del A.T. Estas palabras duras de Jesús son una angustiosa última llamada a esta generación, para que reconozca en Jesús la llegada del Reinado de Dios, todavía queda tiempo, aunque poco.
¿Acepto a Jesús en mi vida? ¿Siento que el Reinado de Dios actúa en mí, o soy como Cafarnaúm, Betsaida y Corozaín?