+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Jesús, llamando a la gente, les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!”
Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. Él les dijo: “¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?” Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
Luego agregó: “Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre”.
Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de hoy nos lleva a echar una mirada sobre nuestro interior. Muchos de los males que padecemos y que nos hace estar en conflicto con nosotros mismos y con los demás son las cosas que provienen de nuestro interior, que provienen del corazón del hombre. Así nos lo dice Jesús en el Evangelio. Jesús ayuda a la gente y a los discípulos a entender mejor el significado que la pureza y la religión tiene ante Dios. Busca orientar a la gente hacia una religión que tenga como principal motor el corazón de cada uno. Es cierto que son necesarias las leyes, pero la grandeza a la que nos llama Jesús es superar el mero cumplimiento de ellas, para vivirlas libremente desde nuestro interior.
Hoy Jesús nos exhorta a mirar nuestro corazón. El corazón es lo más íntimo del ser humano, allí donde se juegan el discernimiento y las decisiones. Si nuestro corazón es todo de Dios, nuestras decisiones y nuestras obras reflejarán su amor. En este día le pidamos a Dios por nuestra interioridad que no esté llena de cosas malas, sino solo de cosas buenas. Así, nuestro corazón, escuchando la voz de Dios, encuentra sosiego, paz, fuerza y ánimo para poder dar a los demás lo mejor que hay dentro de nosotros mismos.
En nombre de la Tradición de los Antiguos, los fariseos olvidaban el Mandamiento de Dios. Esto ¿acontece hoy? ¿Dónde y cuándo? ¿También en mi vida?