Dios Todopoderoso y Omnipotente, Tú eres el comienzo y el fin, el Alfa y Omega. Tú comienzas todas las cosas y haces que todas las cosas regresen a ti; ninguna criatura puede crearse a si misma, ningún ser vivo despierta de la nada por si mismo. Nada en ti te obliga a amarme. Antes de mi nacimiento me amabas con un amor eterno y ahora tu amor total arde en lo profundo de mi ser. Te reconozco como mi Creador y Señor, en el comienzo de todas las cosas, todos los días, siempre. Sólo Tú eres Dios que vives y reinas para siempre. Amén.
¿Qué te dice el Señor en este día que concluye?