+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a Tomás:
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.
Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le respondió: “Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: Muéstranos al Padre”? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que Yo hago, y aún mayores, porque Yo me voy al Padre. Y Yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré”.
Palabra del Señor.
Reflexión
La exhortación de Jesús a creer en Dios y en Él, que ayer nos mostraba San Juan se sigue tratando ahora con la profundización en la unidad entre Cristo y el Padre. Ya en el prólogo (capítulo 1) Juan nos dijo que el Hijo estaba junto al Padre, desde toda la eternidad; y desde la intimidad con el Padre el Verbo eterno bajó a nosotros y se encarnó. El Señor usa el verbo conocer para definir la relación del creyente con Él y por lo tanto con el Padre; en tiempos de Jesús este verbo tiene una connotación referida a las Alianzas en el Medio Oriente, por lo tanto, conocer a Jesús es sellar Alianza con Él. Siguiendo las enseñanzas de los rabinos judíos sobre que “un enviado es como el que lo envía”, Jesús exhorta a reconocer que el Padre está en Él y Él está en el Padre (Jn 14, 10a.11a), por eso para conocer y ver a Dios hay que conocer y ver a Jesús, no se requieren teofanías espectaculares como quería Felipe. A esta exhortación siguen las promesas de la nueva alianza, que ya estaban en Jeremías y Ezequiel; la primera promesa es la de realizar obras mayores y la segunda es la de escuchar las oraciones. Solemnemente Jesús promete a los a los creyentes realizar las mismas obras que Él y además “obras mayores”, estas obras mayores se refieren a la evangelización del mundo, posibilitada justamente por la Pascua de Jesús que después de su pasión y resurrección ahora va al Padre para situarse a la derecha de Dios y de ahí interceder por los discípulos; estrechamente unida a esta promesa está la de escuchar la oración, todo lo que los creyentes pidan a Dios en nombre de Jesús, Él lo escuchará y lo realizará.
Jesús es el camino, la verdad y la vida. Sin camino, sin verdad y sin vida no se vive. ¿Acepto y reconozco a Jesús en mi vida a la luz de esta afirmación?
