+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Las mujeres, que habían ido al sepulcro, después de oír el anuncio del Ángel, se alejaron rápidamente de allí, atemorizadas pero llenas de alegría, y fueron a dar la noticia a los discípulos.
De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo:
“Alégrense”. Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de Él. Y Jesús les dijo: “No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán”.
Mientras ellas se alejaban, algunos guardias fueron a la ciudad para contar a los sumos sacerdotes todo lo que había sucedido.
Éstos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero, con esta consigna:
“Digan así: “Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo, mientras dormíamos”. Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos encargaremos de apaciguarlo y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo”.
Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna. Esta versión se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hemos celebrado el Santo Triduo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús y, a partir de la Solemne Vigilia Pascual, hemos iniciado el Tiempo de Pascua que consta de 50 días, esto es una Semana de Semanas (siete por siete es cuarenta y nueve más Pentecostés nos da cincuenta). La primera Semana de esta semana de semanas se llama Octava de Pascua y corresponde a un gran Domingo de ocho días, en el cual se celebra solemnemente el triunfo de Jesús sobre el poder de la Muerte; en esta octava leemos textos pascuales de los cuatro evangelios empezando con Marcos, el primer evangelio escrito y terminando con Juan, el último en escribirse. Sólo la lectura del evangelio de hoy está tomada del Evangelio según San Mateo y nos presenta dos escenas: la Aparición de Jesús a las mujeres (Mt 28,8-10) y el Soborno de los guardias (Mt 28,11-15). Primero, la aparición del Señor a las santas mujeres es un premio a su fidelidad durante toda su Pasión y Muerte (Mt 27,55-56.61); recién el ángel les ha anunciado el triunfo de Jesús y ellas han creído el anuncio (Mt 28,1-7), ahora ese anuncio se hace palpable con la aparición del Señor en el camino; Jesús se les presenta “lleno de Vida” y les saluda lleno de gozo, ellas responden al saludo gozoso de Cristo postrándose y así llenas de alegría lo reconocen y lo adoran. El encargo del ángel (Mt 28,7) de anunciar la Resurrección a los discípulos ahora es reiterado por el mismo Jesús. Segundo, el soborno de los guardias por parte de los sumos sacerdotes y dirigentes judíos demuestra la cerrazón de su corazón, su actitud hostil y la confabulación para la maldad, a pesar del “anuncio” que les habían hecho los guardias “testigos” del sepulcro (Mt 28,11).
¿Qué puedo aprender de las Santas Mujeres? ¿Qué produce en mí el anuncio del triunfo de Jesús? ¿Qué significa, para mí, que Jesús esté vivo?