+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo.
Se acercaba la fiesta judía de las Chozas. Cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también Él subió, pero en secreto, sin hacerse ver. Promediaba ya la celebración de la fiesta, cuando Jesús subió al Templo y comenzó a enseñar.
Algunos de Jerusalén decían: “¿No es éste Aquél a quien querían matar? ¡Y miren como habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es éste; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es”.
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: “¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy?
Sin embargo, Yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.
Yo sí lo conozco, porque vengo de Él y es Él el que me envió”.
Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre Él, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra del Señor.
Reflexión
Continuamos hoy en la cuarta semana del Tiempo de Cuaresma y seguimos en la compañía del Evangelio según San Juan, el cual nos presenta, en este capítulo siete, la continuación de la polémica por la curación del paralítico en sábado (Jn 5,1-18); sigue presente la conspiración contra Jesús por su actuar en el que se iguala al actuar de Dios (Jn 5,17-18). En la narración del evangelista estamos en el contexto de la Fiesta de las Chozas, Tabernáculos, Tiendas o Cabañas, que era la fiesta más popular y concurrida de las tres fiestas principales y anuales de los judíos; esta era una fiesta esencialmente agrícola, era la cumbre del año agrícola, una vez terminadas todas las cosechas. Sabiendo de las conspiraciones que hay en contra de Él, Jesús sube a Jerusalén, a la Fiesta, pero en secreto (Jn 7,10), y después, ya iniciada la Fiesta empieza a enseñar en el Templo (Jn 7,14), donde se desarrolla una controversia, justamente, sobre su enseñanza. El Maestro acusa a sus detractores de no cumplir la Ley de Moisés al acusarlo a Él de quebrantar el Sábado. Después de la intervención de Jesús se desata una división entre los oyentes del Señor: “¿Es este el Mesías?” (Jn 5,25-27). La discusión se alimenta por la creencia de que nadie sabría de dónde viene el Mesías, ya que los oyentes y antagonistas del Maestro creen tener claro de dónde viene Jesús: de la aldea de Nazaret en Galilea. Pero es claro que los oponentes de Jesús realmente no saben de dónde viene Él y eso que ya antes lo ha dicho: Él viene del Padre Celestial y los judíos no lo saben y no lo comprenden. Termina este texto con otra división: los que quieren detenerlo y acabar con Él y los que creen en Él.
¿Qué siento, qué pienso de las conspiraciones contra Jesús? ¿He hablado mal, he conspirado contra alguien? Al ser Jesús atacado, al ser atacada nuestra fe ¿Cuál es mi postura?