+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 7-13
Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.
Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni provisiones, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas.
Les dijo: “Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”.
Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y sanaron a numerosos enfermos, ungiéndoles con óleo.
Palabra del Señor.
Reflexión
Continúa San Marcos la narración de su evangelio con una nueva sección que empieza con la misión de los discípulos, específicamente los Doce (Mc 6,7-13), sigue con la muerte de Juan el Bautista a manos de Herodes Antipas (Mc 6,14-29) y después describe el regreso de los discípulos donde Jesús (Mc 6,30-34); de alguna manera el Evangelio según San Marcos nos enseña que el destino de Juan Bautista presagia el destino de Jesús y también de los discípulos. Jesús llama a los Doce y los hace compartir su misión, los envía de dos en dos para que hagan lo que Él mismo ha hecho hasta ahora, anunciar que está llegando el Reinado de Dios (Mc 1,15), incluso les da el poder de expulsar demonios y de sanar enfermos con aceite (ver St 5,14-15), cabe considerar que, en aquel tiempo, el aceite se usaba mucho para curar enfermos. Cristo Jesús actúa con hechos y palabras y los discípulos deben hacer lo mismo. La exigencia de Jesús de que no lleven nada para el camino, ni pan, ni dinero, ni dos túnicas quiere indicar la urgencia del anuncio que deben hacer los discípulos y la confianza plena en Dios. La indicación de quedarse en la casa donde les den alojamiento quiere evitar que el misionero busque comodidades en mejores casas o que se aproveche de la gente (más adelante la Didajé enseñará que el apóstol debe quedarse uno o dos días en la casa y si se queda más eso sería signo de ser un falso apóstol). El gesto de sacudir el polvo de los pies indica que ese pueblo que rechaza a Jesús no tiene nada que ver con la tierra de Palestina, o sea con el verdadero Israel.
¿Siento que en mi vida soy un apóstol o apóstola de Jesús? ¿He participado alguna vez, en misiones? ¿En mi casa, en mi familia, en mi hogar acogemos el mensaje del Señor o nos cuesta?
