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Marcos 4, 26-34: La Semilla Germina Y Va Creciendo

26 de Enero 2024     Freddy Araya    

25-09-2019

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Jesús decía a sus discípulos: “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha”. También decía: “¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra”. Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo. 

Palabra del Señor.

Reflexión

A partir del capítulo 4 y versículo 1 el Evangelio según San Marcos nos presenta el “Discurso en Parábolas” que se inicia con la parábola del sembrador (Mc 4,1-20) y continúa con la parábola de la lámpara (Mc 4,21-25), estos textos no los leímos debido a las fiestas de Francisco de Sales el miércoles y Pablo el jueves. Dos parábolas más, nos trae en el día de hoy San Marcos: la semilla que crece por si sola y el grano de mostaza; con estos relatos Jesús vuelve al ambiente agrícola tratado en el texto del sembrador. La primera parábola nos hace referencia directa al Reinado de Dios. Jesús destaca como el crecimiento de la semilla avanza sin detenerse mientras el hombre trabaja o duerme, sea de día o de noche; describe en forma sencilla la maravillosa creación de Dios que funciona sin que nosotros hagamos nada. El hombre no hace más que sembrar, ver, observar y esperar. Así es el Reino de Dios, el Reino es obra de Dios, es “reinado” de Dios, viene a nosotros como regalo de su infinita misericordia, el Reino no es obra humana, no podemos construirlo, es pura gracia; el tiempo presente es tiempo de siembra, el crecimiento es obra de Dios; nosotros podemos evangelizar, catequizar, testimoniar, pero el Señor hace crecer, todo está en sus manos. La segunda parábola nos dice que la semilla de mostaza, aunque parezca insignificante (puede medir 1,6 milímetros) se llega a convertir en una planta (¿árbol?) de unos 2,40 metros. Con esta imagen Jesús está diciendo que el Reino de Dios, aunque ahora no se vea y sea oscurecido por nuestros pecados, sigue creciendo pacientemente, hasta que llegado el momento se manifieste en plenitud y pueda acoger a todos como el arbusto de mostaza acoge los pájaros del cielo.

¿Dónde puede descubrir al Reino de Dios actuando? ¿En qué situaciones, nosotros podemos oscurecer el reinado de Dios? En mi trabajo pastoral ¿Tengo claro que sólo Dios hace fructificar?

Categories: Evangelio diario

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