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Lucas 9, 1-6: Los Envió A Proclamar El Reino De Dios Y A Sanar A Los Enfermos

27 de Setiembre 2023     Freddy Araya    

7 de diciembre

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas

Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para sanar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: “No lleven nada para el camino, ni bastón, ni provisiones, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”.
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y sanando enfermos en todas partes. 

Palabra del Señor.

Reflexión

Después del encuentro de Jesús con su madre, Lucas narra una sección que no hemos leído y que contiene cuatro milagros: la tempestad calmada, el endemoniado de Gerasa, la curación de la hemorroísa y la resurrección de la hija de Jairo. El Evangelio según San Lucas nos presenta, a partir de ahora, los últimos pasajes de la actividad de Jesús en Galilea, antes de emprender su largo Viaje a Jerusalén; estos episodios están centrados en los discípulos. Hoy se nos presenta el primero de estos fragmentos, correspondiente a la Misión de los Doce; ellos deben ir por toda Galilea para, con su misión, compartir la naturaleza de la misión de su Maestro presentada en los capítulos 7 y 8, donde quedó claro que el mensaje del Reino de Jesús se dirige a hombres y mujeres y rompe los límites de lo puro e impuro; para ello les da poder y autoridad para proclamar el Reino, expulsar demonios y sanar enfermos. Esta misión de los Doce hecha “de pueblo en pueblo” y en “todas partes”, aunque hecha en Galilea, es el preanuncio de la misión universal que harán los discípulos (as) después de la Pascua de Jesús (Lc 24,47). Expresamente el Señor les dice que no lleven nada para el camino, es un llamado a confiar en la Providencia de Dios, en efecto, sólo cuentan con el Señor, como les ocurría a los antiguos levitas quienes tenían sólo a Dios como su heredad (Nm 18,20). «Esta [comenta San Ambrosio] es una gran visión; pero si quieres contemplarla debes quitar las sandalias de tus pies, quitar todo vínculo de iniquidad, quitar las ataduras del mundo, abandonar el calzado, abandonar todo lo que es terreno… Abandona, pues, las sandalias de tus pies para que sean bellos en anunciar la buena nueva [Is 52,7]».

¿Me siento enviado (a) por Jesús? ¿Cómo llevo adelante la misión del Señor? ¿El Señor es mi única heredad?

Categories: Evangelio diario

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