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Mateo 13, 47-53: Recogen Lo Bueno En Canastas Y Tiran Lo Que No Sirve

3 de Agosto 2023     Freddy Araya    

30 de noviembre

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los Cielos se parece a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. ¿Comprendieron todo esto?” “Sí”, le respondieron.
Entonces agregó: “Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo”.

Palabra del Señor.

Reflexión

Terminamos en el día de hoy la lectura del discurso en parábolas con la última parábola de la colección de siete, elegidas por Mateo, y un breve diálogo de Jesús con sus discípulos. La parábola que el Evangelio según San Mateo nos presenta es la de la red o la gran pesca, esta es una parábola similar a la del trigo y la cizaña; el Señor Jesús enseña con ella que el Reino de los Cielos tiene como finalidad abarcar a todo el mundo, por eso la red se llena de peces y, especifica, de toda clase de peces: buenos y malos. El Reino de Dios es para todos, es decir, todos caben en la red. Inmediatamente San Mateo nos advierte que el peligro de perder el Reino está en no adecuar la propia conducta a las exigencias que este implica, siempre en vista al Juicio como ya lo dijo en la explicación de la parábola del trigo y la cizaña. A propósito de esto comenta San Gregorio Magno: «Congrega [la Iglesia] toda clase de peces porque brinda el perdón de los pecados a los sabios e ignorantes, a los libres y a los esclavos, a los ricos y a los pobres, a los robustos y a los débiles». Por último, el breve diálogo de Jesús con sus discípulos, que cierra el discurso en parábolas, muestra como es el verdadero discípulo; primero el discípulo comprende el mensaje del Señor, lo hace suyo, adhiere de corazón no de pura mente o palabra y, segundo, el discípulo es capaz de sacar lo nuevo y lo viejo, es decir relacionar las promesas del Antiguo Testamento (lo viejo) con las palabras y obras de Jesús (lo nuevo). Por eso pone como ejemplo a un escriba (judío) convertido en discípulo (cristiano).

¿Con cuál de los tipos de peces me identifico? ¿Siento que estoy dentro de la red del Reino? ¿Conozco lo que dice el Antiguo Testamento sobre Jesús?

Categories: Evangelio diario

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