+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos
Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?”
Jesús respondió: “El primero es: «Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas». El segundo es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay otro mandamiento más grande que éstos”.
El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que Él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”.
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”.
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
Reflexión
En este viernes de Cuaresma es el Evangelio según San Marcos quien nos acompaña presentándonos un hermoso dialogo de Jesús con un escriba. Estamos a costumbrados a ver a los escribas como oponentes de Jesús, pero este no es el caso. El escriba actúa de buena fe y con corazón limpio, él ha escuchado a Jesús discutir con los saduceos y le ha encontrado la razón, por eso se acerca a preguntarle sinceramente por el mandamiento más importante. El Señor responde con dos mandamientos que, en definitiva, para Jesús, son uno sólo: el primero es amar a Dios por sobre todo y el segundo es amar al prójimo como a sí mismo, y sentencia, el Señor, que “no hay otro mandamiento más grande que estos”. «Ninguno de estos dos amores [comenta Beda] puede ser perfecto si le falta el otro, porque no se puede amar de verdad a Dios y sin amar al prójimo; ni se puede amar al prójimo sin amar a Dios». El escriba alaba al Maestro Nazareno, le da la razón y reitera los mandamientos nombrados por Jesús, pero además agrega algo que alegra al Señor, que “el amor a Dios y al prójimo vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios” tal como Jesús lo cree y lo enseña y tal como lo habían dicho ya los profetas (ver Os 6,6; Am 5,21; Sal 51,18-19). La reflexión del escriba describe la esencia del pensamiento de Jesús, como dice San Agustín: «todo el cumplimiento de la ley y de los profetas consiste en los dos preceptos del amor a Dios y al prójimo», por eso al Señor no le queda otra posibilidad que devolverle la felicitación y decirle: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”.
¿Amo al Señor por sobre todas las cosas? ¿Amo al prójimo como mí mismo? ¿Cuán cerca o lejos estoy del Reino de Dios?