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Mateo 18,1-5.10.12-14 “¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?”

9 de Agosto 2022     Freddy Araya    

22-11-2018

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: “¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?”
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian y no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre me recibe a mí mismo.
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños”.

Palabra del Señor.

Reflexión

Comenzamos hoy el cuarto discurso de Jesús llamado discurso comunitario, que está compuesto de dos partes; la primera es una exhortación a la atención a los más pequeños más una parábola y la segunda es una exhortación al perdón más una parábola; leemos hoy la primera parte. Entre los discípulos surgen anhelos de poder y grandeza, pero con la llegada de los tiempos mesiánicos los valores se invierten, no es el poder lo que hace grande al discípulo, sino la pequeñez, la humildad al modo de Jesús; por eso el Señor coloca como ejemplo a un niño (recordemos que el niño se define por su indigencia en la sociedad judía del tiempo de Jesús); a raíz de esto el Maestro exhorta a acoger a los pequeños, porque así es a Él a quien se acoge. El versículo 10 hace hincapié en el cuidado especial del Padre Celestial por los más pequeños, advirtiendo así a la comunidad cristiana que bajo ningún motivo es correcto o lícito marginar o despreciar a los pequeños, ya que el Señor se encarnó por ellos, como enseña el “logion” (=dicho) de Jesús recogido por Lc 19,10; Jesús enseña esto «para mostrar de modo más claro [comenta Cromacio de Aquileya] que no debía ser despreciado ninguno de aquellos pequeños que creen en Cristo, por quienes vino de los cielos el Hijo de Dios y a quienes salvó por su pasión». La parábola de la oveja refuerza la enseñanza del Señor. Es deber de la comunidad cristiana cuidar que ninguno de los pequeños se pierda, «a fin de que al Pastor no le falte ni carezca de nadie» (Apolinar de Laodicea); por eso todo discípulo, toda discípula debe ir detrás del pequeño extraviado para rescatarlo, como hace el pastor. Es un deber ineludible.

¿Quiénes son hoy los pequeños? ¿Siento que he marginado o despreciado a los pequeños? ¿He buscado el “poder” en la Iglesia?

Categories: Evangelio diario

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