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Mateo 6, 1-6. 16-18: Tu Padre, Que Ve En Lo Secreto, Te Recompensará

15 de Junio 2022     Freddy Araya    

22-02-2019

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 

Palabra del Señor.

Reflexión

Continuamos con la lectura semicontinua del Evangelio según San Mateo y hoy comenzamos el capítulo sexto de este texto y, con este capítulo, comienza la narración de una nueva instrucción de Jesús a sus discípulos encaminada a la enseñanza del Padre Nuestro. Presenta en esta ocasión, el Señor, una catequesis sobre la limosna, la oración y el ayuno, construida de forma simétrica con dos frases que contraponen una forma incorrecta y la otra correcta de practicar cada una de las tres acciones. Cuando des limosna empieza la primera, insistiendo en que no se debe hacer para recibir aplausos o reconocimiento, tú en cambio, continúa diciendo “que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha”. Cuando ustedes oren sigue la segunda, enseñando Jesús, que incluso la oración puede llegar a ser causa de vanagloria (oro para que me vean), tú en cambio, “ora a tu Padre en lo secreto”. Cuando ustedes ayunen sigue la tercera comparación, con la cual el Señor exhorta a no poner cara triste (como para dar pena porque se está ayunando), tú en cambio, termina diciendo, “perfuma tu cabeza y lava tu rostro”, se trata de que nadie se dé cuenta del ayuno que se realiza. Estas tres prácticas (que los judíos realizaban) las debe realizar el cristiano, por virtud, o sea, para crecer en amistad con Dios, para crecer en santidad y no por ambición, es decir, para aparentar ante los demás ni para ser reconocido ni aplaudido por los demás; porque, dice Orígenes de Alejandría: «la ambición y la virtud son contrarias entre sí y nunca pueden coexistir en una misma alma. Así la ambición ha de ser expulsada de nuestras almas y hemos de permanecer en los mandamientos de Cristo».

¿He realizado alguna de estas tres prácticas en Cuaresma o en otro momento? ¿Soy generoso con los necesitados? ¿Tengo vida de oración? ¿Soy capaz de renunciar a algún alimento o alguna otra cosa por amor a Dios?

Categories: Evangelio diario

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