+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Pero su madre dijo a los sirvientes:
“Hagan todo lo que Él les diga”.
Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen de agua estas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete”. Así lo hicieron.
El encargado probó el agua cambiada en vino y, como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: “Siempre se sirve primero el buen vino, y cuando todos han bebido bien, se trae el de calidad inferior. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento”.
Éste fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él.
Palabra del Señor.
Reflexión
En el día de hoy, como Familia Salesiana, nos corresponde celebrar la Solemnidad de María Auxiliadora de los cristianos, advocación promovida incansablemente por Don Bosco: «La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan complicados que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana». El evangelio tomado de la Solemnidad nos trae el relato de Las Bodas de Caná. Con este texto San Juan abre la primera parte de su evangelio que conocemos como Libro de los Signos, porque narra siete milagros que quieren mostrar la verdadera identidad de Jesús. Lo primero que da a entender Juan es la gran novedad aparecida con la presencia de Cristo Jesús, las realidades antiguas son reemplazadas por otras nuevas; en este contexto se narra lo acaecido en las bodas de Caná que es una epifanía o revelación manifiesta del Señor que acontece en la primera semana de la vida pública de Jesús, en concreto al séptimo día, esta es la semana de la nueva creación donde todo empieza de nuevo (Gn 1,1-2,4a) y donde los protagonistas son Jesús (nuevo Adán) y María (nueva Eva) y la boda representa la nueva relación entre Dios (esposo) y su pueblo (esposa) tal como profetizó Oseas; se trata del nacimiento de la Nueva Humanidad en el que la “mujer” (María) constata que falta algo que era esencial en los tiempos y bienes mesiánicos: la abundancia y exquisitez del vino; así aunque no ha llegado su hora Jesús actúa porque se lo pide su madre. Comenta Romano el Cantor, “María, toda pura, en seguida se lo manifestó al Hijo: No tienen vino. Te ruego, hijo mío, que manifiestes los que puedes, tú, que lo has hecho todo con sabiduría”.
¿Qué me parece la actuación de María en las Bodas de Caná? ¿En qué circunstancia he experimentado el auxilio de María? ¿Quién es María para mí?