Loading

Juan 4, 43-54: Vuélvete, Tu Hijo Vive

28 de Marzo 2022     Freddy Araya    

26-sept-el-sen%cc%83or-llama

0
Compartidos
0

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

Jesús partió hacia Galilea. El mismo había declarado que un profeta no goza de prestigio en su propio pueblo. Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la Pascua; ellos también, en efecto, habían ido a la fiesta.
Y fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía su hijo enfermo en Cafarnaúm. Cuando supo que Jesús había llegado de Judea y se encontraba en Galilea, fue a verlo y le suplicó que bajara a sanar a su hijo moribundo.
Jesús le dijo: “Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen”.
El funcionario le respondió: “Señor, baja antes que mi hijo se muera”.
“Vuelve a tu casa, tu hijo vive”, le dijo Jesús.
El hombre creyó en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Mientras descendía, le salieron al encuentro sus servidores y le anunciaron que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora se había sentido mejor. “Ayer, a la una de la tarde, se le fue la fiebre”, le respondieron.
El padre recordó que era la misma hora en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y entonces creyó él y toda su familia.
Éste fue el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a Galilea. 

Palabra del Señor.

Reflexión

Ayer hemos iniciado la cuarta semana de Cuaresma y poco a poco nos vamos acercando a la celebración principal de nuestra fe católica: la Pascua de Resurrección. Hoy nos acompaña el evangelista San Juan que nos trae el milagro de la Curación del hijo del funcionario real. Juan presenta sólo siete milagros en su evangelio y los llama signos o señales, este que leemos hoy es el segundo signo que, al igual que el primero (el agua convertida en vino en las bodas), también se realiza en Caná. Jesús vuelve de Jerusalén y es bien recibido en Galilea, a pesar de las dificultades que ha enfrentado o enfrentará (Ver Jn 4,44; Mc 6,4; Lc 4,24) y, entonces, va a Caná, allí llega el funcionario real, que es un judío al servicio de la corte de Herodes; este funcionario al enterarse de la presencia del Señor acude a Él y le suplica que vaya a Cafarnaúm a sanar a su hijo que se está muriendo. El Maestro de Nazaret provoca la fe del funcionario para que pase de creer en los signos y señales a creer en su Palabra y, ante la insistencia del funcionario, Jesús le dice que vuelva su casa porque su hijo vive; San Juan nos dice que el funcionario creyó en la Palabra de Jesús y volvió a su casa. Queda claro que lo más importante para el Señor es la fe y no los milagros. Los sirvientes del funcionario le anunciaron que su hijo vivía y que se había mejorado a la misma hora que Jesús se lo dijo y, entonces creyó él y toda su familia. Es interesante destacar la relación entre este milagro en el que Jesús da vida al joven agonizante y la resurrección de Lázaro, el último milagro.

¿Mi fe en el Señor depende de signos (ver para creer)? ¿Confío en la Palabra de Jesús? ¿Me parezco en algo al funcionario real?

Categories: Evangelio diario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*