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Marcos 9, 14-29: Creo, Señor, Ayúdame Porque Tengo Poca Fe

21 de Febrero 2022     Freddy Araya    

20-06-2019

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Después de la Transfiguración, Jesús, Pedro, Santiago y Juan bajaron del monte. Llegaron donde estaban los otros discípulos y los encontraron en medio de una gran multitud, discutiendo con algunos escribas. En cuanto la multitud distinguió a Jesús, quedó asombrada y corrieron a saludarlo. Él les preguntó: “¿Sobre qué estaban discutiendo?” Uno de ellos le dijo: “Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo. Cuando se apodera de él, lo tira al suelo y le hace echar espuma por la boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Les pedí a tus discípulos que lo expulsaran pero no pudieron”. “Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo”. Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la boca. Jesús le preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que está así?”” Desde la infancia, le respondió, y a menudo lo hace caer en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos”. “¡Si puedes…!”, respondió Jesús. “Todo es posible para el que cree”. Inmediatamente el padre del niño exclamó: “Creo, ayúdame, porque tengo poca fe”. Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, Yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más”. El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían: “Está muerto”. Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el niño se puso de pie.
Cuando entró a la casa y quedaron solos, los discípulos le preguntaron: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?” Él les respondió: “Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración”. 

Palabra del Señor.

Reflexión

San Marcos nos presenta en este día la conclusión de la primera instrucción de Jesús a los discípulos, instrucción relativa al seguimiento. El relato de conclusión es la curación de un epiléptico, que es un niño poseído por un demonio impuro, mudo y sordo; en él se pueden ver tres escenas: Jesús y la gente, Jesús y el enfermo y Jesús y los discípulos. Son tres escenas en las que se destacan los diálogos, siendo los más importantes los que mantiene Jesús con el niño y su padre. El ambiente que rodea las tres escenas, compuesto por la multitud y los escribas prepara la acción poderosa que sólo el Maestro Nazareno puede realizar. El padre describe el sufrimiento del niño y la incapacidad de los discípulos para enfrentar al demonio impuro, lo que provoca la desazón de Jesús y su comentario de “generación incrédula” que hace referencia a toda la gente que lo rodea y escucha, pero que responde de manera inadecuada a su enseñanza y actividad mesiánica. En la escena central el Señor le hace ver al padre que su fe, aunque esté nublada con algunas dudas, es una parte fundamental para que se produzca la curación, y así sucede, el padre cree en el poder de Jesús y el Señor expulsa al demonio. La gente comenta que el niño está muerto, pero el Maestro demuestra que no es así tomándolo de la mano y levantándolo, aquí las palabras “muerto”, “levantó” y “de pie” tiene trasfondo pascual ya que hacen referencia a la muerte y resurrección de Jesús. Los discípulos que tuvieron éxito en la primera misión (Mc 6,13.30) demostraron ahora que les falta confiar en el poder de Dios a través de la oración. Sólo la oración humilde y la fe incondicional en Dios permite vencer al mal.

¿En el dolor y la enfermedad confío en el Señor? ¿Le pido al Señor que aumente mi fe? ¿Cómo es mi vida de oración?

Categories: Evangelio diario

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