+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
“La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”.
Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia.
A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones:
“Vayan a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente”.
Palabra del Señor.
Reflexión
El texto del evangelio de hoy es una selección de versículos tomados de los capítulos 9 y 10. Empieza con los últimos cuatro versículos del capítulo 9 que Mateo tomó de Marcos y de Q y que son una transición que concluye la sección que mostró a Jesús como el Mesías que actúa en palabras y obras y da paso a la Misión de los discípulos y al consiguiente discurso misionero. Empieza con un resumen de la actividad de Jesús que consiste en recorrer los pueblos, anunciar la Buena Noticia y curar las enfermedades. Luego, Mateo nos muestra como la misericordia y el amor de Jesús tienen un carácter social al extenderse a la multitud; el evangelista nos describe el corazón de Buen Pastor (Sal 22) que tiene el Maestro de Nazaret, el cual tiene compasión de sus ovejas fatigadas y abatidas, contrastando con los dirigentes y maestros espirituales de Israel que son malos pastores (Ez 34; Za 10,2) y tienen al pueblo abandonado a su suerte. Jesús, en cambio, buen pastor se preocupa por su pueblo, sobre todo en vista a la cosecha (el Juicio), por eso resalta la urgencia de enviar misioneros y pedir al Padre que los provea. Bajo esta circunstancia el Señor convoca a sus discípulos, concretamente a los Doce, y los envía a replicar su misión; el número 12 asociado a las tribus de Israel indica, simbólicamente, la restauración del todo el Pueblo. Ellos deben proclamar con urgencia, que el Reinado de Dios está llegando y, para testimoniarlo, deben hacer lo que hace el mismo Señor: curar enfermos, resucitar muertos, purificar leprosos y expulsar demonios, porque estos son los signos de que el Reino de Dios está cerca y, por lo tanto, ya está actuando en medio del Pueblo.
¿Qué signos del Reino de Dios he visto yo? ¿Cómo puedo yo testimoniar que el Reinado de Dios ya está actuando? Puedo darme un tiempo para leer, meditar, escuchar o cantar el Salmo 23 (22)