+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión, rogándole: “Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente”. Jesús le dijo: “Yo mismo iré a sanarlo”.
Pero el centurión respondió: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: “Ve”, él va, y a otro: “Ven”, él viene; y cuando digo a mi sirviente: “Tienes que hacer esto”, él lo hace”.
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: “Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe. Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos”.
Palabra del Señor.
Reflexión
Ayer hemos iniciado el Tiempo de Adviento que tiene como misión prepararnos para la celebración de la Solemnidad de la Navidad del Señor. La primera parte del Adviento va desde ayer hasta el 16 de diciembre inclusive y durante los días de esta primera etapa se nos invita a reflexionar en torno a la Segunda Venida del Señor en gloria y majestad (Parusía) y por lo tanto a estar preparados para ella. El texto de hoy corresponde a la curación del criado del centurión y está tomado de San Mateo y nos invita a reflexionar sobre nuestra fe. Los milagros de Jesús están siempre relacionados con la fe ya que la suponen o la provocan. El texto que viene inmediatamente antes del que leemos hoy es la curación del leproso israelita, pero la curación de hoy corresponde a un extranjero, es un anticipo de la misión de la Iglesia entre los paganos; San Mateo tomó este texto desde el Documento Q y lo amplió en su redacción con los versículos 11 y 12. El centurión es un pagano al servicio de Herodes Antipas y el enfermo es un “chico” que es su criado. El oficial se acerca a Jesús con humildad, sensibilidad y cortesía, ya que no quiere que el Señor entre a su casa y se “contamine” por ser el un “no judío”, un pagano; además el centurión demuestra una fe inmensa que le hace creer que no es necesario que Jesús vaya a su casa, pues basta que diga una palabra y podrá sanar a su criado a distancia. El Maestro Nazareno queda impactado y alaba la inmensa fe del pagano como ejemplo para los judíos y para sus discípulos (as).
¿De qué manera viviré el Adviento para prepararme a la Navidad? ¿Qué me llama la atención de los milagros de Jesús? ¿De qué manera puedo comparar mi fe con la fe del centurión?