+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús habló diciendo:
Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno? Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar encuentre ocupado en este trabajo. Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si es un mal servidor que piensa: ‘Mi señor tardará’, y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, su señor llegará el día y la hora menos pensada, y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Palabra del Señor.
Reflexión
Llegamos al capítulo 24 y con ello al quinto y último discurso de Jesús que es el discurso escatológico, o sea que habla de las realidades últimas en especial de la venida definitiva del Señor. Estamos en la segunda parte y final del discurso que empieza hoy con el versículo 42 tomado de Marcos que habla de estar preparados (vigilantes, gregoreite en griego) para la llegada del Señor que tarda, pero que ciertamente llegará. Mateo presenta después dos parábolas (tomadas de la Fuente Q) a las que les seguirán después las de las diez jóvenes y la de los talentos, concluyendo con la escena del Juico Final. La primera parábola de hoy es corta y habla del dueño de casa que está siempre atento (vigilante), para no dejarse sorprender por el ladrón (como el diluvio sorprendió a los hombres en tiempo de Noé); así los discípulos deben estar siempre dispuestos o preparados (hetoimoi en griego). La segunda parábola habla de los dos servidores, uno fiel y previsor, o sea, vigilante (versículo 43) y preparado (versículo 44) que alimenta al personal y a quien su señor encuentra ocupado en su trabajo cuando vuelve; el otro, por su parte, es el malvado que se dedica a maltratar al prójimo y darse “buena vida”, pensando que su señor tarda en llegar, por eso su amo lo encontrará en medio de comilonas y borracheras cuando vuelva; al primero lo premiará haciéndolo administrador y al segundo lo castigará “cortándolo en pedazos” dice el texto griego original. Termina Mateo con la advertencia escatológica del llanto y rechinar de dientes que en Q estaba una vez y él repite un total de 6 veces. Es la advertencia de Jesús a sus discípulos para que estén siempre preparados para su vendida, amando al prójimo como a sí mismos.
¿De qué manera estoy preparado(a) para la venida del Señor? ¿Qué aspectos de mi vida debo corregir antes de que llegue el día del Señor? ¿Hasta qué medida soy capaz de amar al prójimo como pide Jesús?