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Mateo 12, 14-21: Éste Es Mi Servidor, A Quien Elegí

17 de Julio 2021     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Los fariseos se confabularon para buscar la forma de acabar con Jesús.
Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Grandes multitudes lo siguieron, y los sanó a todos. Pero Él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: “Éste es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre Él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre”.

Palabra del Señor.

Reflexión

San Mateo nos está presentando un Discurso de Revelación en el cual Jesús aparece como el revelador de la sabiduría divina. Ayer hemos leído las dos primeras partes de este discurso, una era la acción de gracias por la revelación y la otra el contenido de la revelación; hoy el evangelista nos presenta la tercera parte que corresponde a la invitación a la Revelación. Estos versículos muy antiguos provienen de la Fuente Q (también con referencia en Marcos 13,32) y en las palabras de Jesús podemos ver un paralelo con Eclesiástico 51,22-30. El Señor habla aquí como la Sabiduría personificada (ver Proverbios 8) y con las características femeninas de otorgar descanso y relax a quienes están cansados por el trabajo; Jesús que es la Sabiduría extiende a todos (“vengan a mí todos”) la invitación a descansar: a los excluidos por los fariseos y también a los mismos fariseos. Los rabinos judíos hablaban del yugo para referirse a la Torá (Ley) y al reino; pero el yugo de Jesús es la interpretación que Él hace de la Ley. Esto trae como consecuencia que el discípulo (a) debe aprender de Jesús y debe aprender siempre, porque siempre debe ser discípulo (a), puesto que el Señor Jesús es el modelo de maestro y también es la materia de aprendizaje, en definitiva, el Maestro Nazareno es la Torá (la Ley) personificada. Por último, en contraste con la enseñanza de los fariseos indescriptiblemente extensa y llena de normas humanas, la enseñanza de Jesús es cuantitativamente más fácil por su brevedad y por centrarse en lo esencial, el amor a Dios y al prójimo, pero también más difícil por todas las exigencias que ese amor indiviso implica.

¿Cuál es mi actitud para con los que me atacan u ofenden? ¿Cuál es mi actitud frente a los débiles? ¿Qué sentimiento se despiertan en mi al contemplar al Señor sufriente?

Categories: Evangelio diario

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