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Marcos 7, 24-30: Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija.

11 de Febrero 2021     Freddy Araya    

10 J- amar lo que se es

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

En aquel tiempo, partiendo de allí, Jesús se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. 

Él le decía: «Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños.» 

Entonces, Jesús le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija.» 

Ella volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.

Palabra del Señor.

Reflexión

En el día de hoy San Marcos nos trae el relato de la curación de la hija de una pagana. No está muy claro el porqué, pero el evangelista nos dice que Jesús se retiró a la región de Tiro, al noroeste de Galilea, que era de población totalmente pagana; quizá quiso el Señor ir a descansar o reflexionar, pero se corrió la voz de que él andaba en la región. Entonces una mujer pagana (griega dice el original) o sea, de religión no judía y de nacionalidad siro-fenicia, es decir no nacida en Israel, se acerca al Señor y se postra ante sus pies suplicándole por su hija que estaba poseída por un demonio. Jesús le da una respuesta sorprendente: “deja que primero se sacien los hijos”, refiriéndose a los judíos, este dicho refleja la idea del orden de la salvación como dice Pablo: “primero al judío, luego al griego” (Rm 1,16). Después el Maestro de Nazaret agrega otro dicho sorprendente: “no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros”. Cabe recordar que los escritores judíos solían describir a los paganos o gentiles como “perros”. La frase de Jesús suaviza el dicho ya que en vez de usar la palabra kyon (=perro) usa kynárion (=perrito, perrillo, cachorro). Ante esto la mujer sorprendentemente no se echa atrás y le responde que los cachorros se comen las migajas que caen de la mesa de los hijos (ver Jc 1,7), entonces Jesús se sorprende por la fe de la mujer y le dice que, por lo mismo, ya puede retirarse porque su hija esta sana y así lo comprobó ella en su casa.

¿Se parece en algo mi fe a la de mujer siro-fenicia? ¿Confío en los planes de Dios, aunque a veces no los entienda del todo? ¿Conozco o he conocido a alguien con una fe en el Señor inquebrantable y ejemplar?

Categories: Evangelio diario

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