La perseverancia en la fe. Mantengámonos “firmes” en la esperanza, la fe y la caridad. La constancia de los hijos, la perseverancia de quien sabe que será escuchado. Porque de la fuente de la bondad, no puede salir algo distintos, será contradictorio a su ser. Así, también nosotros, creaturas, llevamos inscritos en nuestro corazón el sello de nuestro Creador. De manera que ya no podemos obrar con doblez, sino con trasparencia, libertad y por la paz. ¿Cómo te gustaría ser tratado/a?
*Oración.
Alfarero del hombre, mano trabajadora
que, de los hondos limos iniciales,
convocas a los pájaros a la primera aurora,
al pasto, los primeros animales.
De mañana te busco, hecho de luz concreta,
de espacio puro y tierra amanecida.
De mañana te encuentro,
Vigor, Origen, Meta
de los sonoros ríos de la vida.
El árbol toma cuerpo, y el agua melodía,
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia
del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.
No hay brisa, si no alientas,
monte, si nos estás dentro,
ni soledad en que no te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia.
Vivir es ese encuentro:
Tú, por la luz; el hombre, por la muerte.
¡Que se acabe el pecado!
¡Mira que es desdecirte
dejar tanta hermosura en tanta guerra!
Que el hombre no te obligue,
Señor, a arrepentirte
de haberle dado un día las llaves de la tierra.
¿Qué te dice el Señor hoy antes de finalizar el día?