“- Ésos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido? […] – Ésos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su Santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed; ya nos les molestará el sol ni bochorno alguno. Porque el Cordero que está en el trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos. […] Y por mano del Ángel subió delante de Dios la humareda de los perfumes con las oraciones de los santos»
¿Qué te dice el Señor, antes de terminar el día?