+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
Éste es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: “¿Quién eres tú?”
Él confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: “Yo no soy el Mesías”.
“¿Quién eres, entonces?”, le preguntaron: “¿Eres Elías?”
Juan dijo: “No”.
“¿Eres el Profeta?”
“Tampoco”, respondió.
Ellos insistieron:
“¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?”
Y él les dijo:
“Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías”.
Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle:
“¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?”
Juan respondió:
“Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: Él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia”.
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor.
Reflexión
En el Evangelio, Juan el Bautista desvía la atención de sí mismo hacia Cristo. El papel de Juan es “enderezar los caminos del Señor” y luego hacerse a un lado. Juan representa todo los que los cristianos estamos llamados a ser: testigos de Cristo. El pueblo de Dios había estado durante mucho tiempo esperando la llegada a la tierra de Mesías – Pero Juan estaba consciente de que cuando el Mesías realmente llegara, mucha gente podría no darle el reconocimiento apropiado: Él permanecería desconocido para ellos, porque bien podría no adaptarse a la imagen preestablecida para Él. La gente sería muy rápida para juzgar por las apariencias. La respuesta que Juan nos regala, nos da una muy linda clave para comenzar a caminar este 2020: preparar el camino. Pero ¿qué es preparar el camino? Preparar el Camino es enderezar lo que está torcido, corregir lo que nos complicaba, buscar mejorar eso que tanto nos costaba (el mal carácter, la falta de paciencia, el egoísmo, etc). Preparar el Camino es dejar que Dios haga nuevas todas las cosas, dejar que Jesús nos sane, pedir perdón y perdonar.
¿Ha habido en mi vida algún Juan Bautista que preparaba el camino a Jesús? ¿Yo lo estoy siendo para los demás?
