+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
Jesús dijo:
“¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas”.
Dijo también: “¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa”.
Palabra del Señor.
Reflexionemos
Seguramente conocemos bien las parábolas que nos regala el evangelio de hoy. Nos trae una metáfora, hermosa y sencilla, nos habla sobre el Reino que nace; invisible, humilde. Una pequeña cantidad – una pequeña semilla, una medida de levadura— tiene un tremendo efecto. Puede que valga la pena notar cómo Lucas muestra esto en el curso de sus escritos. ¡Jesús se mostraba tan optimista cuando hablaba del Reino! Para Él era suficiente, incluso un pequeño comienzo, porque estaba convencido de que es el Reino de DIOS, por lo que comparte su poder y dinamismo. Algo tan pequeño como una semilla de mostaza o una medida de levadura pueden, dada su propia condición, producir un gran crecimiento y transformación. Por eso podemos afirmar que el «Reino de Dios» es un proyecto de la «desproporción» y la sobreabundancia de Dios. Así como el árbol de mostaza cobija a los pájaros del aire, el Reino de Dios está escondido pero creciendo silenciosamente, y tiene lugar para todos los que deseen ir a él. Al mirar alrededor de nuestro mundo, vale la pena preguntarse si compartimos la convicción de Jesús, o si actuamos como profetas sin esperanza.
¿Somos conscientes de que el Reino de Dios está presente en medio de nosotros y que crece de manera misteriosa difundiéndose en la historia de cada hombre, en la sociedad y la Iglesia?
