Han sido muchos hombres y mujeres que han acogido a Jesús, tanto que no han perdido la esperanza, y aguardan con fervor su segunda venida. Más aún, hay tantos que trabajan incansablemente por verlo venir, y mejorar la ciudad y el lugar que los rodea, para recibir a Jesús como merece. A todos ellos que acogen, hombres y mujeres niños y jóvenes, celebran al Cristo humilde y salvador. Sólo Él tiene palabras de vida eterna, y sólo es digno de fe. No tengan miedo de seguir adelante con la esperanza.
Sus palabras son de vida en nuestros tiempos de muerte, son palabras de amor en tiempos de división. Así todo el que acoge con alegría su mensaje se trasforma en portador y testigo de un mundo nuevo que es posible.
¿Qué te pide el Señor en este día?
¿Qué le dices al Señor antes de tu descanso?