Fueron muchos los que acogieron las palabras de Jesús, pero también tantos otros que las rechazaron, de hecho aparentemente este grupo saldría triunfador. Hoy también es común escuchar rechazo y acogida. Las cosas no son tan serenas y pacíficas. De hecho la cruz de cristo es una palabra que no se digiere con tanta facilidad, el dolor, la muerte, el sufrimiento ha sido siempre una paradoja para todo el
ser humano. A veces acrisola, a veces derrota, a veces fortalece, a veces mata. Lo cierto es que Cristo no se ahorró este camino, el camino de la humillación al que está expuesto todo ser humano, y Cristo nos enseña además que aún en ello, sus palabras son de fiar, sus palabras son de Vida, sus palabras son de paz, de amor, y nos infunden fortaleza porque él mismo no quiso saltarse nada. La voz de Cristo tiene alcance no sólo histórico sino existencial, religioso y salvífico, es la voz que clama en el interior de los seres humanos, la voz de libertad.
¿Qué te pide el Señor en este día?
¿Qué le dices al Señor antes de tu descanso?