Loading

Juan 15, 1-8 – El que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto

22 de Mayo 2019     Freddy Araya    

frutos

0
Compartidos
0

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que Yo les anuncié.
Permanezcan en mí, como Yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos.
El que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.
La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.
Palabra del Señor.

Reflexión

Los Evangelios de hoy y de mañana presentan una parte de la reflexión de Jesús sobre la parábola de la vid. Para entender bien todo el alcance de esta parábola, es importante estudiar bien las palabras que Jesús usó. Y es igualmente importante observar de cerca una vid o una planta para ver cómo crece y cómo se enlazan tronco y ramos, y cómo el fruto nace del tronco y de los ramos. De este modo, Jesús nos muestra el grado de vinculación que establece con nosotros, haciéndonos partícipes de su vida: la vid y los sarmientos. Una participación que no es ni “automática” ni pasiva. Pone en juego nuestra libertad, y nos “provoca” a entrar en un dinamismo que se mueve en torno a dos claves: “dar frutos” y “permanecer”. Hoy podemos decir que al permanecer en Él, al estar unidos a la “vid”, se nos permite ir descubriendo el sentido profundo de la vida, despertando el profundo deseo de producir “frutos” allí donde nos encontremos…

Lo que mantiene viva una planta, capaz de dar frutos, es la savia que la atraviesa. ¿Cuál es la savia que está presente en mi vida, en nuestra comunidad y la mantiene viva, capaz de dar frutos?

Categories: Evangelio diario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*