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Marcos 4, 1-20: El sembrador salió a sembrar

30 de Enero 2019     Freddy Araya    

21. sembrando

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos

Jesús comenzó a enseñar a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a Él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla. Él les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba:
“¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no había mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno”.
Y decía: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de Él junto con los Doce le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: “A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón”.
Jesús les dijo: “¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás?
El sembrador siembra la Palabra. Los que están al borde del camino son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos.
Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.
Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa.
Y los que reciben la semilla en tierra buena son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno”.
Palabra del Señor.

Reflexión

Por medio de las parábolas, Jesús ayudaba el pueblo a percibir la presencia misteriosa del Reino en las cosas de la vida. Las parábolas son relatos de algún modo provocativos, que ponen en juego a quien los escucha, que interpelan. Hoy en el evangelio se nos muestra una actitud pedagógica de Jesús, utilizando comparaciones para hablar del reinado de Dios y generando preguntas y conflictos entre sus oyentes, para ayudarnos a intuir el misterio del Reino. Si nuestro corazón está abierto a ese misterio tendremos “oídos para oír”, si nos cerramos al misterio nuestro esfuerzo por entender y por ver será inútil. Esta parábola, tal vez tan conocida, no deja de interpelarnos y sacarnos de nuestra zona de confort. Nos invita a comprender la generosidad de Dios, que siembra el Reino sobre todo tipo de superficie. La superficie por sí misma puede dar o no frutos, pero está en cada oyente dejar que esa Palabra crezca y produzca buenos resultados. Que hoy nos demos cuenta de lo que hay en nosotros de camino, de terreno pedregoso, de terreno con espinas… para poder ir transformándolo en esa tierra buena que se abre a esa semilla y produce fruto.

A la luz de esta parábola, ¿qué tierra estás siendo últimamente? ¿Qué pasos podrías dar para llegar a ser tierra buena?

Categories: Evangelio diario

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