Loading

Lucas 1, 26-38: Concebirás y darás a luz un hijo.

20 de Diciembre 2018     Freddy Araya    
0
Compartidos
0

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas

El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”.
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”.
María dijo al Ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relación con ningún hombre?”
El Ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios”.
María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu palabra”.
Y el Ángel se alejó.
Palabra del Señor.

Reflexión

El misterio de la Anunciación posee múltiples signos de la humildad y de la sencillez en la cual se desarrolla e igualmente reconocemos como se produce una unidad de estas características en la mujer que escucha y acepta esta llamada. El Anuncio del Nacimiento de Jesús es sorprendente por todos lados, las circunstancias lo ameritan; una joven virgen de unos pocos años, un Ángel enviado por Dios, la pequeñez del pueblo de donde se escoge a la joven, la acción del Espíritu, etc. Son muchas las cosas que nos descolocan al mirar la escena… ¿Pero qué hay detrás de todo? Amor, nada más ni nada menos, que Amor de Dios por la humanidad. Amor que no deja indiferente a María y que no debería dejarnos indiferentes a nosotros; amor que se expresa de múltiples formas y que de algún modo nosotros debemos comunicar. Dentro de cinco días celebraremos el nacimiento del Hijo de Dios ¿será para nosotros una noche de paz y de amor –como canta una canción?… ¿y para nuestros hermanos? Hoy se nos anuncia el misterio de la encarnación de Dios en nuestra naturaleza. Que María nos enseñe y ayude, como Madre de Dios y nuestra, a dar gracias, a agradecer, a aceptar y a vivir responsablemente este don.

¿Qué nos llama más la atención en esta visita del ángel Gabriel a María? En este tiempo de Adviento ¿qué nos dice hoy a nosotros esta escena del Evangelio?  

Categories: Evangelio diario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Valoración*