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Lucas 20, 27-40: No es un Dios de muertos, sino de vivientes.

24 de Noviembre 2018     Freddy Araya    

fariseos

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas

Se acercaron a Jesús algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le dijeron: “Maestro, Moisés nos ha ordenado: «Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda». Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia. Finalmente, también murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?”
Jesús les respondió: “En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero los que son juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección no se casan. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor «el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob». Porque Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para Él”.
Tomando la palabra, algunos escribas le dijeron: “Maestro, has hablado bien”. Y ya no se atrevían a preguntarle nada.
Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio de hoy nos informa sobre la discusión de los Saduceos con Jesús acerca de la fe en la resurrección. Los saduceos eran una élite aristocrática de latifundistas y comerciantes. Eran conservadores y no aceptaban la fe en la resurrección. Por esto, para criticar y ridiculizar la fe en la resurrección, contaban casos ficticios para mostrar que la fe en la resurrección llevaría a la persona al absurdo. En el texto los saduceos tendiendo una trampa a Jesús, basándose en la doctrina de Moisés de que cuando uno muere sin hijos, su hermano ha de casarse con la viuda para dar sucesión al hermano difunto critican aquello que nosotros creemos. La muerte, el más allá, el destino de las personas, es un gran misterio que ni la ciencia, ni la razón han desvelado; es obra total de Dios que quiere llevar a todas las personas a la plenitud de la vida. El fundamento de nuestra fe es la Resurrección de Jesús. Las respuestas a nuestras preguntas están en la palabra viviente de la Cruz y la resurrección. Pidamos para que nuestra vida siga las huellas del Señor y creamos que en Dios está la Vida y de Él viene la vida porque es un Dios de vivos y creer en Jesucristo es vivir intensamente la vida y saborearla.

¿Tú crees en la resurrección? Al decir que crees en la resurrección, ¿piensa en algo del pasado, del presente o del futuro? ¿Has tenido en tu vida alguna experiencia de resurrección?

Categories: Evangelio diario

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