+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
Jesús habló diciendo:
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.
Palabra del Señor.
Reflexión
Jesús, en su enseñanza hoy, sigue denunciando a los fariseos por su hipocresía, porque descuidan lo más grave de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad. Se limpia por fuera la copa y el vaso, mientras por dentro están llenos de robo y desenfreno. Esta parte de la denuncia de Jesús plantea la oposición afuera-adentro. Se pueden hacer muchos ritos externos, e incluso buenas acciones como colaborar con el diezmo, pero, si el corazón está corrupto, todo queda desvirtuado. Es en el corazón donde debe haber lugar para la justicia, la misericordia y la fe. De allí brotan las obras buenas hechas con recta intención. Que al meditar las palabras tan duras de Jesús, pensemos no sólo en los doctores y en los fariseos de la época de Jesús, sino también y sobre todo, en el hipócrita que habita en nosotros, en nuestra familia, en la comunidad, en nuestra iglesia, en la sociedad de hoy. Miremos en el espejo del texto, para descubrir lo que debemos cambiar. Hoy Jesús nos invita a mirar más allá, a no quedarnos en lo exterior, a practicar un verdadero arrepentimiento. Ojalá que podamos hacer de nuestras comunidades, parroquias, grupos, lugares donde se pueda vivir una auténtica conversión interior.
¿A qué me invita el texto que Mateo nos presenta hoy? ¿Qué necesito cambiar y convertir desde el interior?