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Mateo 19, 23-30: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos.”

21 de Agosto 2018     Freddy Araya    

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos”.
Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: “Entonces, ¿quién podrá salvarse?”
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible”.
Pedro, tomando la palabra, dijo: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?”
Jesús les respondió: “Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna.
Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros”.

Palabra del Señor.

Reflexión

El Evangelio de hoy es la continuación inmediata del evangelio de ayer, trae el comentario de Jesús respecto de la reacción negativa del joven rico. El Evangelio de Mateo Jesús advierte a los ricos que ponen su corazón y su felicidad en las riquezas, porque empequeñecen su vida y su capacidad de amar. No todo en esta vida son riquezas. Pedro se pregunta, ¿entonces quién puede salvarse? En el Evangelio se dice que, aquellos que han sido capaces de dejarlo todo, esos recibirán cien veces más. No es que se impida la felicidad a los ricos, ni tampoco se niega su salvación. Llamados a hacer vida el mes de la solidaridad, Jesús propone un reto para todos. ¿Quién es capaz de dejarlo todo por mí y el Reino de Dios? Dejarlo todo es dejar no sólo lo que me impide acceder a Dios, sino también toda actitud que me impide acceder a los hermanos como la arrogancia. También puede negar el acceso a Dios el pasado no superado. La vida no consiste en negar el pasado sino en superarlo.
¿Cómo estoy viviendo este mes de la solidaridad? ¿A qué me invita el Evangelio de hoy?

Categories: Evangelio diario

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