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Mateo 13, 54-58: “¿No es éste el hijo del carpintero?”

3 de Agosto 2018     Freddy Araya    

16 de noviembre

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Al llegar a su pueblo, Jesús se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados.
“¿De dónde le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?”
Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Entonces les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia”.
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Palabra del Señor.

Reflexión

El evangelio de hoy nos presenta el relato de las andanzas de Jesús en Galilea; narra cómo fue la visita de Jesús a Nazaret, su comunidad de origen. Su paso por Nazaret, de algún modo fue doloroso para Jesús. Lo que antes era su comunidad, ahora ha dejado de serlo; algo cambió. ¿Narración de un fracaso o contraste con la admiración que otros muestran ante la actividad del Maestro? Los paisanos de Jesús no disimulan su desconcierto pues no se explican cómo el hijo de un carpintero atesora tanta sabiduría y tanto saber estar para comunicar su saludable mensaje con la autoridad con la que él lo hace y, además, realizar signos o milagros. Sus compatriotas se preguntan con cierta reticencia y no ocultan su desconfianza y un claro rechazo hacia Jesús de Nazaret. Saben sus antecedentes familiares, conocen el mundo al que pertenece… y parece que tales premisas no dan para tanto. La tímida defensa de Jesús consiste en un dicho sobre lo mal visto que es un profeta en su patria, si bien lo fundamental es que sus coterráneos se cierran a acoger su palabra y no se atreven a leer con mejores ojos sus signos curadores y compasivos. Jesús, a partir de ahora, se ocupará de iniciar a sus discípulos en el mensaje del Reino de Dios y a acoger a los paganos que le demuestran tener más fe que sus paisanos y, por tanto, acreditan acoger el pan de la Buena Noticia. Donde no hay fe, Jesús no puede hacer milagros.
Con qué ojos miro las palabras y acciones de quienes conozco ¿los etiqueto antes de tiempo? ¿Es la desconfianza una de nuestras características en el encuentro con el hermano?

Categories: Evangelio diario

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