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Mateo 13, 18-23: “El que escucha la Palabra y la comprende produce fruto.”

27 de Julio 2018     Freddy Araya    

29 de diciembre

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+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo

Jesús dijo a sus discípulos:
Escuchen lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: éste es el que recibió la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta enseguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Éste produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno.
Palabra del Señor.

Reflexión

Ayer veíamos como Jesús empleaba parábolas en su anuncio del Reino; pero también nos dábamos cuenta que muchas veces, no comprendemos, nuestro corazón se paraliza, nuestros ojos no ven, nuestros oídos quedan inertes al ruido. Pero ahí aparece el Maestro, con palabras de aliento, intentando ponernos de nuevo en marcha, porque conoce nuestra pequeñez y debilidad. Hoy, nos ofrece una explicación de la parábola del sembrador y más allá de la descripción de los distintos tipos de ‘suelos’ (discípulos) en los que cae la semilla al ser arrojada, se resalta el ruego para que la acogida de la Palabra no sea abortada ni por las dificultades que encuentran, ni por las persecuciones, ni por el cruce de otros intereses. Todos estamos llamados a entender, a conocer y a poner en práctica (vivir) todo lo que se desprende de la enseñanza de Jesús y de su Palabra. En ocasiones, la palabra de Jesús puede quedarse en simple “parábola” para una multitud incapaz de comprender, pero para el que se deja llevar por su fuerza puede revelar “los misterios del reino de los cielos”. El acoger la palabra de Jesús es lo que distingue a los discípulos y a la muchedumbre anónima; la fe de los primeros revela la ceguera de los segundos y los empuja a buscar más allá de la parábola. Hoy, más que nunca, todos estamos en condición de ser fructíferos en la comunidad, por eso, bueno es que ante la Palabra nos veamos capaces de aceptarla, de entenderla y de procesarla en la cocina de nuestro corazón.
La escucha de la Palabra de Dios, ¿te lleva a la comprensión profunda o permanece sólo como un ejercicio intelectual?

Categories: Evangelio diario

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