Dos discípulos cualquiera: Cleofás, quizás tío de Jesús (Jn 19,25; y uno de nosotros….
1. El camino: van en dirección contraria a Jesús. Conversan de lo que les duele porque está en su corazón. Pero se van a encontrar con el Samaritano que los hará regresar. Después, sí, irán en misión.
2. Jesús se acerca; él toma la iniciativa. No abandona a los suyos en cualquier situación en la que nos encontremos.
3. Jesús pregunta: es preciso que expresen su desilusión, su tristeza. Lo de Jesús de Nazaret… Nosotros teníamos la esperanza de que había de libertar a la nación de Israel. Leyeron la cruz como fracaso. Delante de la Cruz se vuelven pedazos, nuestros ídolos, nuestros proyectos que no son los de Dios y que, en el fondo, mostraban nuestros miedos. A veces prestamos más atención a las trampas del demonio que a la Palabra y a sus promesas.
4. Jesús les explica las Escrituras: la cruz y la resurrección es el centro de la catequesis. A la luz de la Resurrección debemos interpretar las Escrituras.
5. Ardía su corazón: es el Amor de Dios comunicado a nuestros corazones. “Tarde te amé”. Pero para Dios nunca es tarde.
6. Quédate con nosotros: con cada uno de nosotros.
7. De nuevo: la Eucaristía: Lucas dice aquí: Les dio el pan. Como en la Cena. Y se les abren, ahora sí, los ojos.
8. Entonces Jesús ya no fue visto más: no se dice que desapareció. En la Eucaristía podemos siempre reconocerlo.
9. Sin esperar más, se ponen en camino para testimoniar su experiencia: dan marcha atrás. Reciben el viático que les da fuerza para el largo camino que les aguarda ya en su vida de apóstoles.
¿Qué te dice el Señor en este día?